lunes, 20 de abril de 2020

El amor incondicional, Andrei Tarkovski.


Hace poco ví nuevamente Stalker, me pasaba que a veces me quedo dormida en algunas partes, esta vez la ví completa. Desde que la ví en primero medio quedé fascinada con el cine de Tarkovski. Algunas personas les parece fome, aburrido, contemplativo y está bien, en gustos no hay nada escrito. A mí me intriga más profundizar en porque me ahogaron tanto de emociones sus películas. Son varias fases; angustia, pena, rabia, dolor, alegría y amor incondicional. Esta última es la más compleja de comprender.



Más allá de los planos secuencias, el agua presente en su filmografía completa, los silencios y los paisajes rusos, creo que sus películas no son una pretensión estética o rupturista, creo que todas sus películas expresan desde distintas historias su amor incondicional con el mundo/hacia el mundo o para con-el-mundo. La búsqueda de una conexión espiritual que habite dentro del gesto cotidiano y común a lo largo de la historia.

Profundizo.  Ahora que volví a ver Stalker  en cuarentena, sola, no podía hacer otra cosa que desear que exista LA ZONA. Ahondando un poco más, ver sola ese lugar  no tendría ningún fin en sí mismo. La verdad quiero que alguien más (muchos más) también crean en la zona y en su poder de provocar milagros. Por lo mismo, Tarkovski inventó el personaje del escritor y el profesor. Tuvieron que ir juntos a ese lugar. En su discurso, Tarkovski tiene algunas escenas más reveladoras que otras, en cuanto al amor incondicional que revelan estos por la humanidad. Todos sus personajes son de naturaleza inestable. Hari  (Solaris), es un recuerdo a base de neutrinos, queriendo ser profundamente amada en una estación espacial, llevando constantemente el pasado al presente y viceversa. A ratos llega a ser repetitivo e histérica su lucha por quedarse con su amado, el intenta liquidar su deseo más profundo y se nota en toda la película, no solo cuando la hace desaparecer.  Ahí está la magia, que en todos sus frames, está implícito el cuestionamiento hacia la ciencia, en un cruce con lo espiritual, para comprenderse se necesitan una a la otra, al igual que un mensaje que para ser descifrado necesita un emisor y un receptor. Creo que por eso sus planos desde espacio hacia la tierra son tan largos.



Una de mis favoritas es Andrei Rublev, a pesar de desconocer la historia Rusa, logró levantarme interés en conocer más. Anatoly un monje dedicado a pintar “arte eclesiástico”  vagando por una Rusia en guerra, los Tatari barbaros matándose entre sí. Anatoly conoce de cerca al ser humano y pierde la fe en Dios ¿Porque si existe, dónde está? ¿Está en sus pinturas un boceto-atisbo de fe?... Quizás Anatoly se aleja de Dios, pero se acerca a la esencia humana, a lo oscuro y ambicioso. También descubre lo divino en las bondades que otorga el placer del cuerpo.

 /////No todo el tiempo somos buenas y  correctas. No todo el tiempo podemos estar pintando con colores un lienzo o una pared. Tarkovki logro desdibujarme esas barreras de lo que se debe hacer/lo que se quiere hacer.//////



¿Y entonces, cómo se transmiten los contornos confusos, imprecisos e inverosímiles de un sueño? El cine por su naturaleza está obligado a no ensombrecer la realidad, si no a revelarla.
Atrapad el tiempo. Andrei Tarkovski.



Creo que como artista, Tarkovski nunca logro separarse de sus obras, está su deseo de amor incondicional hacia el mundo constantemente, en una bellificación (palabra que acabo de inventar) de la realidad. La creación de esta bellificación de la realidad, es para darle fuerza y fe la humanidad. Nostalghia me identifica mucho, la hizo en Italia, exiliado, lejos de su tierra natal, escribió y teorizo mucho sobre esta película, que no es más que una oda de amor a su tierra natal; Rusia, una súplica para volver a ella, un intento de redención. Pudo haber puesto cualquier poema, pero eligió los de su padre, Arseni Tarkovski. El tiempo transcurre como un pensamiento que se va descondensando y decodificando en sus imágenes. Tarkovski más que “hacer cine”, pensó en la vida humana y los afectos visibles (e invisibles) que nos van haciendo comunidad. Estamos rodeados de objetos que solo con nosotros adquieren ánima. Estamos inmersos en una naturaleza más grande y misteriosa, que simplemente no la podemos abarcar, no la podemos objetibizar.(Existe esta palabra?) ¿En un mundo que se cae a pedazos, qué podemos objetibizar además de nuestros pensamientos?

En Zerkalo (El espejo) también salen poemas de Arseni Tarkovski, en Zerkalo está el quiebre ( y la reconstrucción) de las relaciones a través de los sueños, en conversaciones con personas que no están en el plano terrenal, pero igual están. Y la verdad es que me encanta la manera natural en que se aborda la muerte, ya sea de una persona,  de una casa o un animal. Nunca he sentido un dolor hacia la muerte en las películas de Tarkovski, porque dialoga con sus muertos y los saca de ese tabú flagelante en que el catolicismo nos ha hecho ver la muerte. Está la madre, la Abuela, el Padre. Quizás ningún muerto tenga respuestas concretas para enfrentarse a la vida, sus desdichas, lo bonito es cuando se produce ese contacto. A mí la muerte de los seres queridos aún me provoca dolor, pero Tarkovski me hace pensar que puedo revindicarlo y darle nuevos sentidos. Tarkovski admiraba mucho a Bergman, decía que sus personajes intentaban acercarse entre sí, pero no lo lograban, cuando más se acercan es cuando más se torturan y se odian, producto de su acercamiento. Yo creo que los personajes de Tarkovski eran parecidos en ese sentido. En El Sacrificio hay un intento grande de acercamiento entre los personajes, independiente de que cada uno tenga su ambición e interés distinto, hay un intento grande por acercarse. No lo logran. Yo tampoco lo he logrado.Why why why. Shit men. Pensaba. Para que ocurra un milagro hay que hacer un sacrificio. ¿Será un sacrificio real el confinamiento covid-19? ¿Ocurrirá el “ansiado” milagro de la salvación? Si fuese más valiente, quizás quemaría mi casa, me despojaría de mis cosas (amadas todas y cada una de ellas), para que todo vuelva a ser como antes. Me dan ganas de dialogar con mi abuela Alicia y decirle: No quiero que todo vuelva a ser como antes. Mis sacrificios serán otros. Estaré expectante a los milagros del amor incondicional por el mundo.



Comparto otros apuntes:

“El arte concede al humano la capacidad de catarsis, de purificación a través del amor hacia otro, encarnado por un personaje. El artista siempre es un desastre natural para el estado. Si quieres ser libre, sé libre y no hables tanto de ello.”
Se puede hacer una película en la que no haya un protagonista, un referente, si no que todo se capte desde la perspectiva humana sobre la vida humana sobre la vida. El cine puede valerse de cualquier hecho y puede dejar de lado todos los hechos que no le interesen” Andrei Tarkovski.

Me tocó vivir en una época muy extraña, donde pienso que mi visión del amor incondicional constantemente se deforma y no puedo entrar, ni tampoco salir. No quiero olvidarme de como es el calor de un abrazo, el sabor de un beso lindo, la suavidad de la piel en invierno. El contacto es cada vez más difícil.  Para mi suerte tengo de mi lado todo el tiempo que quiero montar, el problema es que todos los hechos me interesan. Será un invierno largo, me anima saber que podré revisar muchas filmografías. Pienso en que película habría hecho Tarkovski en este momento, quizás algo sobre túneles subterráneos clandestinos que nos conducen a los minerales más bonitos , ocultos en la tierra y con los seres amados.



viernes, 17 de abril de 2020

Memorias del far west




Estos días encontré muchos vídeos random de un celular viejo que tenía. Me dió mucha nostalgia, en general siempre borro los vídeos que hago, porque ocupan mucho espacio de memoria en el teléfono y nunca los uso para nada. Al encontrar estos vídeos fue como encontrar un tesoro, de lugares lindos, de personas con las que choque fugazmente en la vida y luego cada quién siguió el curso de su vida.
Lamento haber perdido tantos celulares estos últimos años, perdí tantos recuerdos de momentos chiquititos, que ahora extraño en demasía. Extraño el mar, la nieve, los flippers, los viajes en avión que me dan miedo, las noches de vino & canciones, extraño recoger piedritas en la playa y llevarlas en una botella a mi casa. Extraño cocinar ñoquis con mis amigos. Extraño pintarme el pelo de colores para marcar un cierre, una apertura. 

Creo que este videito no es más (ni menos tampoco) que el traspaso de una memoria emocional, sin un lenguaje claro, sin un parámetro de color definido, sin un montaje rítmico. Recuerdos de un viaje a puerto Williams donde se cerró una herida que creía imposible, un par de salidas a la playa, los cumpleaños! Los bailes, las hormigas, los murciélagos, el vino y las amigas del alma, me vuelve a palpitar el corazón cuando recorro una y otra vez estas imágenes.

El video No tiene ninguna regla cinematográfica que pretenda ser algo más que lo que es; un pedacito de mi corazón.